Fue una cena muy entrañable y con multitud de momentos divertidos. No me gustaría pasar por alto mi visita al baño del restaurante, al que no le faltaba un colín. Por haber, había hasta tampones (gratis, no en una máquina dispensadora a modo "condones") y un bote de laca. Todo un detalle.
Después de llevarnos allí unas tres horas y media entre chácharas y ricos manjares, fuímos a tomarnos unos cocktails a A21 y cuando salimos de allí, viendo que en todos los locales había unas colas de infarto para entrar, Dani y yo decidimos retirarnos.
De vuelta a casa, ya por nuestra calle, a eso de las 2.30 de la madrugada advertimos que el cielo no estaba del todo negro. Tras las todavía presentes nubes que encapotaban parcialmente el cielo, asomaban claros celestes. Me aventuro a decir que hasta que no dejemos atrás la noche de San Juan, no volveremos a ver tornarse el final del día en negro azabache: ¡benditas las cortinas del Euro Kangas!
Está tan bien descrito, que parece que estuvieramos allí.
ResponderEliminarBesitos
¡¡Cómo molaaaaaaa!! Me alegra que al final el día se arreglara y lo pasárais muy bien
ResponderEliminarUn beso tremendamente grande, cuñaos.
Por cierto, Clemente, de pesado nada: ¡¡Álvaro, a la cola!! jajaja!!
ResponderEliminarEl famoso sol de medianoche... schaschi...
ResponderEliminarSí, sí, mu bonito, pero es muy desconcertante recogerse temprano viendo amanecer :-)
ResponderEliminarvaya, tela, ya me llueven palos desde otros comentadore,sjajaja.
ResponderEliminarMu guapas la fotos en penumbras y mu lindas que parecen las niñas.
Algún diar volveré a ser el primero!!!
Gracias!! Sí, si, al final lo pasamos muy requetebien y fue bonito cuando nos recogimos.
ResponderEliminarÁlvaro, hijo, es lo que tienen los trabajos nocturnos y a horas intempestivas, que te cogen la vez. Pero no se lo tengas en cuenta, son buena gente... ;)
Besos gente!