lunes, 9 de agosto de 2010
Un domingo cualquiera en Seurasaari
Seurasaari es un parque de Helsinki albergado en una isla. No es muy grande pero si bastante coqueto. Está a dos pasos del centro y es un sitio perfecto para echar un domingo de campo. Una de los aspectos más curiosos de este lugar es que queda restringido, no sólo el acesso de vehículos de motor, como es lógico, sino también el de las bicicletas. Y no sabéis bien el favor que hacen porque imagínense el coñazo que sería esquivar tanta estructura metálica rodante.
Hay una barbacoa encendida con un baúl de leña al lado para prepararte la comida a tu antojo. La primera vez que fuímos nos compramos las salchichas en un puesto cercano pero no tenían pan ni, por supuesto, cerveza. Aquí en Helsinki no te venden alcohol en cualquier lado. Esta vez hemos ido preparados con nuestras salchichas, filetes adobaos, ketchup, mostaza e, incluso queso. Y, por supuesto, cervezas Yo me he comprado mi botellita de agua fresquita para bajar mejor el pan, ya se sabe.
Después de comer, como buen español una buena siesta y como buen finlandés un cafelito, aunque los de aquí no son los mejores de la ciudad, todo hay que decirlo. Esta caserío de madera tan mono también hace las veces de restaurante, para el que no lleve consigo el espíritu aventurero.
El año 1909 inauguraron en Seurasaari un museo al aire libre, sirviendo como precedente el de Skansen en Estocolmo, en el cual se puede ver edificios de madera muy bien conservados traídos desde todas partes de Finlandia y construídos en su mayoría entre los siglos XVIII al XX y que en conjunto dan una visión de la vida rural del país durante esa época.
El edificio más antiguo trasladado a este parque es la Iglesia Karuna, levantada en 1686.
El acceso al interior de estas estancias está limitado sólo a verano, aproximadamente a partir de la celebración de Juhannusta, pero siempre están ahí para que uno vaya cuando buenamente pueda o quiera a verlas desde fuera.
Merece la pena pasar un día en este parque, sobre todo en época estival, donde no faltan columpios, japoneses haciéndole fotos a todo y donde hay tanta ardilla roja que al final terminas sin echarles cuenta.
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Que tranquilidad se respira, se os ve muy relajado.
ResponderEliminarBesitos
¡Qué parque más mono! ¿Hasta cuándo dejan entrar a las casas? Seguro que cuando aparezca yo por ahí ya están cerradas... :-(
ResponderEliminarPero si tú has estado en Skansen!! seguro que te haces una idea ;)
ResponderEliminarEste año lo abrieron en San Isidro, pero no sé cuando lo cierran. Tiene que ser épico recorrer el parque nevado.
ResponderEliminarUna cosa que no ha mencionado Marta es la "pedazo" de playa que hay en Seurasaari: este domingo había un montón de finlandeses blancuchos tiraos entre las piedras y medio metro de tierra tomando el ¿sol? El agua era un poco susilla, vamos, que no daban ganitas de unirse.
Ahí si no está nevado quiero ir yo!!!
ResponderEliminarYo tambien quiero ir, a ver cuando me animo y tiro pallá-
ResponderEliminarBesitos,
Dani, somos un equipo, eso te lo dejaba a ti ;)
ResponderEliminarÁlvaro, si quieres ir, aunque esté nevado, se va! De todos modos dudo mucho que haya nieve cuando vengas pero todo se verá, el cambio climático ya se sabe...
Mamá, veeeeeeen yaaaaaaa! :)