miércoles, 7 de abril de 2010

¿Semana Santa?

Me estaba planteando cómo haceros llegar todo aquello que iba aconteciendo durante la semana, cuando recibí un correo de mi hermana la mayó. Sin duda, tengo que empezar así:

Esta Semana Santa ha sido rara.

Es cierto que ya, desde hace algunos años, no salgo expresamente a ver las cofradías de mi pueblo (y, mucho menos, me meto en el bullicio sevillano), pero es inevitable que ellas se topen contigo en algún momento... En cualquier caso, en Helsinki, obviamente, no hay nada de esto. Ni capirotes, ni incienso, ni misterios, ni pasos, ni cera, ni costaleros... y ningún monte se llama Calvario. Eso sí, tanto el Viernes como el Sábado Santo representan de forma teatral un Via Crucis en la plaza que yace frente a la inmensa Catedral Luterana. Nos fue imposible llegarnos a verlo ninguno de los dos días (ya aportaré más información al respecto). Como dato decir que el que hacía las veces de Jesucristo era japonés, razón de más para habernos quedado con todas las ganas del mundo de haberlo visto. El año que viene lo hemos anotado en la agenda como “evento prioritario”, lo digo para el que se le antoje venir por esas fechas.

El caso es que, aparte de lo anterior, estoy viviendo en Helsinki y, por si esto no fuese bastante novedad para hacer esta Semana distinta, han venido ha visitarnos nuestros sobrinos, Nicolás de 6 años y Pablo de 2, con sus correspondientes progenitores, Antonio Miguel y Elvira, de los que me abstengo de proporcionar la edad por miedo a represalias. Y porque no viene al cuento.

Todas Semana Santa que se precie es especial, por el motivo que sea. Especialmente buena o especialmente mala, según quién lo cuente. Lo que está claro es que son días que a nadie pasan desapercibidos. Para mí esta semana ha sido linda, por la entrañable visita. Rara, por la ausencia de imágenes tan arraigadas con las que cada año cuento. Nostálgica, por la distancia que me ha separado de la tradicional preparación de torrijas y rosas en San Sebastián, 15 – Casa 12...

Haciendo referencia a este último punto, agradecer enormemente las pruebas gráficas que me hicieron saltar alguna que otra lagrimilla acompañada de alguna que otra carcajada que la situación enviada merecía. Juzguen ustedes mismos:





Los días previos a la llegada de la familia Mediano-García de la Vega a Helsinki, he intentado organizar un poco lo que sería el día a día, dejando lugar a la improvisación. Esto último es importante cuando la visita supera los cuatro días e incluye a un par de pequeños seres en torno a los cuales deben girar algunas decisiones. Es obvio. Aún así, se han cumplido casi todas las expectativas y alguna que otra sorpresa de última hora. Lo única pega es lo vacía que se ha quedado la casa cuando se han marchado, y eso que nos dijeron que igual se “olvidaban” a alguno de nuestros sobrinos aquí. En su defecto, se han dejado una blusa, un cochecito de Pablo, un par de camisetas interiores, otro par de cuello vuelto (¡cómo se nota que ahí ya estáis a 20ºC!) y unos calzoncillos. Me comprometo personalmente a hacéroslo llegar todo.

Los próximos días os iré desvelando todo lo que ha dado de sí esta Semana Santa tan entrañablemente extraña, con una “Vírgen del Choche” incluida...



Los próximos días...