Mostrando entradas con la etiqueta nieve. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta nieve. Mostrar todas las entradas

domingo, 10 de abril de 2011

Trineando

Desde hace aproximadamente un mes esta ciudad parece distinta a la del día anterior. La nieve está desapareciendo por momentos, las ramitas secas de los árboles empiezan a tornarse rojas, el verde brota por donde va pudiendo, el agua del mar comienza a poder ondearse al ritmo del piar de los pájarillos que salen de su letargo y el sol remolonea por quedarse cada jornada un ratito más caldeando, por fin, el ambiente.

Parece, pues, que la primavera va llegando.

Pero algo me quedaba por hacer antes de que desapareciesn los muñecos de nieve, o de que no hiciesen falta los rompehielos para ir a Tallín o Estocolmo, o antes de que pudiese salir de casa sin guantes o gorro. No podía regresar a Sevilla ¡sin haberme tirado en trineo! Así que, aprovechando los últimos coletazos del invierno, allá que me fuí un domingo al parque de Kaivopuisto repleto de niños, y de padres, y de más niños, y me lancé mogollón de veces por allí.

¡Cómo mola! A pesar de que la nieve andaba ya dura, durísima y cada bache era un inevitable lanzamiento al vacío sin control alguno del rumbo a seguir pero que, por supuesto, los niños dominaban perfectamente. Sí, igual exagero un poco pero que pena me dio entonces de no haberlo probado antes, con la nieve en mejores condiciones, más blandita, para poder amortiguar cada golpetazo...

Estoy pensando que igual vuelvo algún invierno sólo para tirarme en trineo una y otra vez. Sí, creo que eso haré.

Mola, mola mucho tirarse en trineo.



jueves, 3 de marzo de 2011

Suomenlinna, un avance / Suomenlinna, an advance


Ahora que la visita aún duerme, derrotadas ellas por haber sucumbido durante varias horas a los encantos de esta bonita isla-fortaleza, aprovecho para subir un vídeo de ayer. Es sólo un adelanto, Suomenlinna da para mucho más.

Yesterday we went to Suomenlinna. It is a fortress just twenty minutes from Helsinki. This is an advance, soon I am going to post more about it.




sábado, 26 de febrero de 2011

¡¡Mamá está aquí!! / Mom is here!!

Me temo que estaré ausente unos días. Lo siento pero ¡mi mamá está aquí!! :D

Maybe I am going to be out a few days. I am sorry but my mom is here!!! :D


martes, 15 de febrero de 2011

Y como no, Sibelius

No se puede escribir un blog desde Finlandia sin dedicarle una entrada a Jean Sibelius. Este buen señor es, junto a Runeberg, uno de los símbolos culturales del país. Para componer su obra se basó en la literatura nacional, sobre todo en los poemas, y en las costumbres y tradiciones finlandesas, como también hiciese su compatriota,. Es curioso leer sobre ese espíritu nacionalista y saber que ambos provenían de familias con afinidad sueca.

No os voy a dar el tostón con su vida y tal porque para eso está la Wikipedia, pero sí os cuento una cosa que me ha hecho muchísima gracia cuando la he leído. Como casi todos los grandes genios, con todo su arte y habilidades expuestas a toda crítica, Sibelius también tuvo sus defensores y sus detractores. Por lo visto su música fue novedosa pero quizás no lo suficiente como para tener contentos a todos y eso despertó muchas opiniones no demasiado favorables. El caso es que el tipo, al que poco le importaba lo que dijesen los críticos, comentó: "no presten atención a lo que los críticos dicen. Nunca se ha levantado ninguna estatua de un crítico". Jajaja, la verdad es que hay que reconocer que ahí estuvo cachondo el tío.

Además, la fresca la soltó antes de saber que levantarían un monumento en su honor. Está situado en el parque Sibeliuspuisto de Helsinki, en la zona de Töölö. Fue diseñado por Eila Hiltunen y construído en 1967, diez años después del fallecimiento del compositor. Se trataba de una obra de arte abstracto, así que decidieron incluir una efigie de Sibelius para completar el trabajo. Si te fijas, puede verse cerca de la esquina inferior derecha de la fotografía.



Y ahora os confieso algo.

Un día del pasado diciembre, yendo para el gimnasio, estaba cayendo una nevada impresionante. Los copos eran gordos, suaves y muy abundantes, apenas parecían bolas de algodón, Sólo estuve dentro un par de horas pero cuando salí aquello parecía otro lugar. La calle donde está el gimnasio había sido cortada al tráfico y los finlandeses se apresuraban a desenterrar sus coches para el día siguiente. Todos hablaban en finlandés, obviamente, pero se entendía perfectamente que entre ellos comentaban la espectacularidad de aquella nevada. Sonrientes, que ya es raro sobre todo cuando te los ves pala en mano, conversaban mientras quitaban esa manta blanca que cubría sus vehículos. En apenas un rato la nieve hizo de las suyas y ellos, cómplices, jugaban con ella al escóndite buscando cada uno su automóvil.

Fue divertido y extraordinario.

Como también lo fue cruzar mi calle, Tähtitorninkatu. Parecía estar atravesando algún decorado de cine que bien podría habérsele antojado al mismísimo Tim Burton. Precisamente fue al día siguiente cuando tomé las fotos en Tähtitorninmaki, ya sabéis, el jardín de mi casa.

Lo sé. Igual ando ya pesada con la nieve, pero a mí me sigue fascinando como el primer día. Tanto es así que cogí la cámara y grabé un vídeo de once minutos que, claro está, pretendía ser de uso y disfrute personal. Pensé que quizás sería demasiado largo para mostrarlo y que es una de esas situaciones que, por más que muestres o intentes explicar, es necesario ver con tus propios ojos. Por otro lado, no veía por donde poder recortarlo para compartirlo con vosotros, porque perdería la gracia y seguiría sin apreciarse la verdadera esencia del directo. Así que, eso, decidí quedármelo para mí, para poder recordarlo siempre.

Y qué pasó. Pues que ayer pensé que hoy os hablaría de Sibelius y que tendría que acompañar la entrada con una de sus composiciones. En principio había pensado en Finlandia, su composición más conocida y que fue usada en la película "La Jungla 2", protagonizada por Bruce Willis. Pero después recordé mi vídeo de 11 minutos y 3 segundos y pensé que si encontraba una pieza compuesta por Sibelius que durase lo mismo que el vídeo, lo subiría. Y allí estaba la Sinfonía no.1, en mi menor, Opus 39, Andante, ma non troppo, Allegro enérgico, a la que ya le tengo un cariño especial, entre otras cosas por durar lo mismo exactamente que mi vídeo y, por supuesto, por haberla escuchado mil veces para editarlo.

¿Coincidencia? No lo creo :)

Así que, ya os lo he dicho, el vídeo es largo. Pero además, para más inri, está mal grabado y la técnica del enfoque en movimiento aún me gana la partida. Todavía no sé como aprobé el exámen de cámara de vídeo de la asignatura de Imagen Audiovisual. Espero que aquel profesor, si lo ve, no se eche las manos a la cabeza. Mejor dicho, espero que no lo vea... :P

Pero aún así es mío, lo he hecho yo y me encanta que al final lo vayáis disfrutarlo vosotros también.

Solo un par de recomendaciones: pantalla completa y auriculares o, lo que es lo mismo, música, imagen y tú. Nada más. Y si la imagen al final te aburre, ¡sólo tienes que cerrar los ojos! :P




Y para que no tengáis que buscar la pieza Finlandia, que se que os dará pereza aunque sintáis curiosidad por saber si la conocéis o no, ahí va un vídeo:





Y disfruten, disfruten mucho de Sibelius y de la música clásica en general. Es la que realmente nos amansa cuando nos convertimos en fieras.

jueves, 10 de febrero de 2011

Esculturas heladas

Y no por el frío, sino porque están hechas con hielo.

Competición de esculturas sobre hielo. Es una de esas noticias que ponen en los telediarios cuando no hay otras cosas interesantes que ofrecer y que siempre se celebran en un lugar remoto del mundo. Normalmente son noticias curiosas pero que quedan de fondo tras la charla de sobremesa. Igual se interrumpe la conversación cuando comienzan las imágenes y a lo mejor se produce algún comentario al respecto del tipo, "¡uy, qué frío tiene que hacer ahí!", pero poco más. Son estos acontecimientos que, desde nuestra perspectiva, parece que sucedan en otro planeta. Sin embargo, mire usted cómo son las cosas, había un cuatro competidores de nuestros países vecinos, dos de Portugal y otro par franceses. Para que luego pensemos que en el sur de Europa sólo nos da por hacer castillitos de arena, fíjate tú.

Pues a lo que vamos. Este fin de semana tuve la suerte de vivir muy cerca de uno de esos lugares tan remotos. Desde que leí un par de semanas antes que se celebraría el concurso en el Zoo de Korkeasaari de Helsinki, sabía que iría. Tenía que ir.

La entrada nos costó 12 Euros a cada uno, dos adultos sin ningún tipo de descuento,aunque yo pueda pasar por una chiquilla teenager y estudiante. La única forma de acceder con transporte público es cogiendo el autobús número 11 que se sale de la plataforma número 8 de Kaisaniemi. La parada de metro más cercana está temporalmente fuera de servicio y el ferry sólo funciona en los meses de primavera y verano. Otra opción para ir entrando en materia es llegar andando, pero si no sabéis bien cómo llegar allí no lo recomiendo. Por cierto, si tenéis tarjeta de transporte recargable, el número que tenéis que marcar para "picar el billete" es el 1.

Y allí estaba yo y todos ellos, los concursantes con sus obras, dos por cabeza, y con su 'speaker' al más puro estilo finlandés, nada de florituras, ni gritos, ni gorgoritos, todo sencillito, como nos tienen acostumbrados.

Aquí os presento a parte de los competidores, me encanta la foto. Me encanta ella, tímida, el chico del gorro azul, estonio, pendiente de que haría la foto antes de saberlo yo misma, y el resto como si no, pero sí. Es genial, son geniales. De ellos, el único que ha resultado premiado, con ambas obras además, es el cuarto empezando por nuestra amiga, la chica tímida. Es británico y la obra que nosotros vimos quedó en segundo lugar. Su otro trabajo ocupó el sexto puesto, el último de los que resultan agraciados con un premio, que creo haber leído en algún sitio que es dinero en metálico.


El lema del concurso era "Future of Seas" (El Futuro de los Mares). Cada participante debía de hacer dos trabajos. La competición empezó el jueves pero durante el sábado había que concluir la primera obra y el domingo se hacía lo propio con la segunda. Y los encargados de dar los votos éramos los propios visitantes. Nosotros votamos a un chico que no ganó nada pero, al menos, sabrá que cuenta con un voto. El que no se conforma...

Como anécdota del día: las altas temperaturas. Durante el intermedio en el que fue tomada la foto anterior, se le fue haciendo una pequeña entrevista a cada uno y todos coincidían en lo mismo, las condiciones climáticas de esos días estaba dificultando muchísimo la elaboración de las esculturas. Muy fuerte, entre cero y menos cinco grado teníamos allí. y éstos quejándose .Pero parece que sí, que los chicos estarían más contentos a menos quince. De hecho dieron dos horas más de plazo para poder acabar. Ahora, bien es cierto que yo pude hacer tres o cuatro fotos seguidas sin ponerme los guantes, quiero decir, que no hacía ni mijita de frío :)

Esta primera obra es una de la que más nos gustó a nosotros, la del ábaco, a manos de un letón. Nos acordamos mucho de los matemáticos que tenemos en la familia, les habría encantado seguro.


Este chico es el británico que ganó dos premios. Con éste concretamente, "Poisoning ourselves", quedó segundo. Es una maravilla, el calamar tenía esculpida cada ventosilla de la piel.


Esta obra no ganó nada y creo que el chico tampoco pero sí, ¡es nuestro amigo simpático de la foto! Y la obra es tierna, "El beso" o algo así, creo que se llamaba.


Éste trabajo es el que nosotros votamos, nos parecía increíble que todos esos cubos pudiesen mantener el equilibrio con apenas rozarse. Pero el chico no ganó nada, ¡otra vez será!


¡Y éste es el ganador absoluto! "Our Globe" así se llama la obra de la foto, quedó en cuarto lugar, pero quedó primero con la que concluyó el domingo. Si pincháis aquí podréis ver fotos de la escultura ganadora, es espectacular (y también podéis echar un ojo a la clasificación). Menos mal que su trabajo fue uno de los que más nos llamó la atención porque canta mucho que sea finlandés... :P


Y unas cuantas fotitos más de lo que vimos por allí:





La experiencia fue bonita y genuína, mereció la pena la entrada, el paseíto en bus y la hora esperando para volver. Hoy empieza otra competición allí, "Animal Behaviour" y durará también hasta el domingo. Imagino que la mecánica del concurso será la misma y las temperaturas se preveen más bajas, así que esta vez no valdrán las excusas.

Y para el que no pudo ir, ni tampoco podrá, aquí os dejo un vídeo:


lunes, 7 de febrero de 2011

El jardín de mi casa

(English version, click here)

La terraza de mi ático de Alcalá es uno de los lugares que a menudo echo de menos. Eso junto a uno de esos días de invierno de cielo completamente añil, las conversaciones a gritos entre vecinos, los cafecitos con buena gente, cumpleaños, cenas y risas que aún retumban por ella resistiéndose a perderse en el vacío.

Y como aquí no tengo un lugar así para disfrutarlo en combinación de tantos mágicos momentos, me conformo con perderme por el parque que hay justo enfrente del edificion donde vivimos, que nevado es un lugar sublime, para recordarlos.

Tahtitorninmaki: el jardín de mi casa.











domingo, 19 de diciembre de 2010

¡Lo hice!

A medida que ha ido pasando este año, me he ido marcando propósitos que quería cumplir durante mi estancia en Finlandia. Como estamos ya en diciembre y pronto vuelvo a Sevilla por Navidad, muchos de ellos los he pospuesto para el próximo año que está a puntito de comenzar. Pero resulta que el fin de semana pasado cumplí un par de ellos de golpe: por fin puedo decir que he estado en Loviisa y ¡tachán!, lo que siempre quise hacer pero pensé que nunca me atrevería: ¡avantouinti!!!

Bueno, para ser rigurosos, avantouinti significa 'natación en el agua helada' y yo no he llegado a tanto. Pero sí estaba en la sauna y de repente, sin pensarlo demasiado, me vi andando descalza por un camino cubierto de nieve, desnuda en medio de la nada, hacia un agujero negro negro, como la boca de un lobo. Cuando me quise dar cuenta estaba metida en él. Sólo fueron un par de segundos supongo, lo justo para poder sentir los pinchazillos del frío azotando sobre MI cuerpo mojado durante el camino de vuelta hacia la sauna, donde volví a entrar en calor.

Increíble. Aún no me lo creo. Y no me pidáis que explique más porque es inexplicable. Lo sé, suena a tópico, pero por más que a mí me decían, me contaban, por más vídeos que he visto, por más todo, hay que hacerlo. Es la única forma de comprender esa sensación tan alucinante.

Desde luego, esta experiencia al fin hecha realidad, ha eclipsado un poco el sinfín de actividades previstas para ese fin de semana en Loviisa que, por cierto, ha superado las expectativas. El pueblo es precioso, nos nevó mucho, muchísimo, había mercadillo navideño, vimos una representación de Santa Lucía y casi nos topamos con Papá Noel si no fuera porque nos entretuvimos tomando Glögi con unos anfitriones que nos han tratado como reyes.

Loviisa sobre todo es un lugar cuco, cuquísimo, donde viven muchos artistas que le dan ese toque bohemio que tiene. El mismísimo Sibelius disponía allí de su residencia de verano. Era difícil hacerse una idea de cómo están distribuídas las casas, las calles, los caminos,... con la nevada que cayó durante todo el día. Fue tal que todo parecía dispuesto aleatoriamente, al azar, entre aquel manto blanco que cubría el pueblo casi por completo. Lo hacía mágico, de cuento.






Estuvimos dando una vuelta por el mercado navideño, pero era imposible disfrutarlo con semejante tormenta que andaba cayendo sobre nosotros. Ya digo que no vimos a Joulupukki pero vamos, con toda la nieve que teníamos encima cualquiera de nosotros podía haberse hecho pasar por él.




Mientras andábamos por allí, nos cruzamos con una niña vestida de Santa Lucía y seguida por otras tantas. Se pararon ante nosotros y ante el resto de gente que allí había para cantar un par de cancioncillas y volvieron por donde había venido. Todo muy campechano y austero pero con mucho encanto.


Normalmente Loviisa está llena de turistas en verano. Es en ese momento cuando muchos propietarios de casas centenarias abren sus puertas al público para mostrar el lugar donde viven. Son casas de madera totalmente restauradas por sus dueños y con unos cuidadísimos jardines donde ofrecen café y dulces típicos finlandeses. Ahora en invierno muchas de estas casas dejan de estar expuestas pero hemos tenido la suerte de poder entrar en un par de ellas. La entrada es gratuita pero si quieres puedes degustar algún pastel casero hecho por ellos mismos o, incluso, comprar algún souvenir, como babuchas o adornos navideños de diseño finlandés. Lo de los jardines me llamó especialmente la atención, me encantaría volver en época estival para verlos y, ya de paso, darme un chapuzón en la playa que estos días no es más que una esplanada infinita de hielo, nieve y más nieve.





Y ya por último, lo que os decía del reconfortante chapuzón en el Báltico entre sauna y sauna. Me encanta cómo lo ha contado Dani en su Fotolog, así que os remito a él. Ahí os dejo unas fotos, tanto de la cabañita donde estaba la sauna, como del agujero donde nos bañamos al fondo del camino que tuvimos que andar para llegar a él: ¡quiero repetir, quiero repetir, quiero repetir!





Sólo me queda agradecer infinitamente a Ruth y a Marko por su acogida y por darnos la oportunidad de pasar un fin de semana inolvidable. Amenazamos con ir y lo cumplimos. Ahora, por vuestra culpa, no nos quedará más remedio que volver :P

lunes, 31 de mayo de 2010

Crónicas semanasanteras a destiempo: nieve por los pelos

Debido a que regresé a España a los pocos días de irse de aquí Antonio, Elvira, Nicolás y Pablo, esta entrada se me ha ido quedando colgada. La escribí casi entera en el avión que me lleva de Helsinki a Madrid pero cuando pisé suelo alcalareño decidí no actualizar el blog mientras estuviese “de vacaciones”. Ahora coge un poco a destiempo, pero me pareció un despropósito dejarla en el olvido con lo bien que lo pasamos durante esos días. Además, hubo muchas experiencias nuevas para nosotros, entre ellas, ver cómo, esta vez, los niños que disfrutan con la nieve son los nuestros. Sólo con eso nos ha sobrado.

Creo que al hablar de la visita de Conchi y Clemente nunca llegué a decir lo rápido que se me pasaron esos 9 días. Digo esto porque la visita de Antonio, Elvi y los niños se me ha hecho aún más corta si cabe. Hemos tenido tiempo de hacer multitud de cosas y, sin embargo, me queda la sensación de haber pasado una semana placenteramente tranquila.

Este invierno ha sido especialemente frío en Helsinki y eso ha supuesto que haya nevado mucho y durante más tiempo. Gracias a esto, estábamos seguros de que todo seguiría blanco en Semana Santa, a pesar de que otros años no hubiese sido lo normal. Sin embargo, los días previos a que llegasen mis cuñados, Dani y yo empezamos a ponernos un poco nerviosos: las temperaturas empezaron a subir – en torno a los 0ºC -, comenzó el deshielo y el nivel de nieve iba bajando considerablemente cada día. Porque, claro, Nicolás se está haciendo mayor pero no deja de ser un niño y temíamos que el viaje no cubriese las exigentes expectativas que conllevan sus 6 años. Sobre todo cuando no para de escuchar lo bonita que es la nieve y lo divertido que va a ser tirarse en trineo por ella y hacer muñecos de nieve.

Pero la nieve aguantó. Lo justo, pero ahí estaba. Es una pena que no hayan podido ver cómo todo, absolutamente todo, estaba cubierto de una capa blanca pero la verdad es que, en relación con años atrás, todo ha resultado ser perfecto. Y Nicolás se ha tirado en trineo. Y Elvira. Y Antonio. Y Dani. No sabría decir quién disfrutó más. Sólo he faltado yo pero alguien se tenía que quedar con Pablo y tita Marta, encantada de la vida, se ofreció. Lo único de lo que me arrepiento es de no haber comprado antes el trineo para irnos Dani y yo a tirarnos todo el tiempo. Otra actividad apuntada para el año que viene, sin duda, desde que caigan los primeros copos. Y, por supuesto, también hubo muñeco de nieve y, oye, que no es tan fácil hacerlo como pensaba, tiene su cosa. Y nada que envidiarle a un muñeco de nieve autóctono, con sus gafas, sus guantes y su gorro. La única pega que se le puede poner es la falta de la zanahoria a modo de nariz pero es que este año por lo visto hubo plagas de conejos en la ciudad y temíamos una catástrofe.... ¿Ha colado? Que conste que lo de las plagas de conejos no es coña. Por lo visto, durante esas semanas fue es el periodo de reproducción y el ayuntamiento de Helsinki no quiso dejar que las crías se queden huérfanas. Algo que resulta incoherente si cuando crezcan tienen intención de acabar con ellas. Pero en fin, no intentemos entender a los finlandeses que, para ciertas cosas, son pelín rarunos.











Los niños estaban perfectamente uniformados con sendos monos aislantes para la nieve que le regalaron los abuelos paternos. Pero el tema guantes y zapatos hubo que remendarlo. Y no es que no fuesen válidos en condiciones normales pero, ¿llamarían condiciones normales a un niño de seis años jugando en la nieve durante horas?, pues no, no lo son. A Nicolás la nieve le llegaba a la cintura en su intento de llegar con el trineo a lo más alto posible para tirarse. Acción repetida más de tres y más de cuatro veces. Y los guantes de punto están muy bien para el frío pero ante una pelea de bolas de nieve terminan poniéndose chorreando. Conclusión: botas de agua y guantes impermeables para tapar los de lana. A partir de entonces, todo perfecto.

Lo único negativo a destacar es que Pablo se llevó más tiempo con fiebre, en el hospital, que sano. Un día nos tuvimos que quedar en casa para dejarle que se recuperase del todo. Pero, todo hay que decirlo, no nos vino nada mal un poquito de descanso. Afortunadamente, de todo esto ya ha pasado tiempo y Pablo está estupendamente. El pobre. Menos mal que es pequeñillo y no creo que le eche la cruz a Finlandia. Y, por cierto, ¡a Nicolás le han puesto gafas! Y yo que pensaba que no se podía ser más guapo...

Pues, a modo de resumen, muy resumido, ésa fue la segunda visita que recibimos. La semana que viene tenemos aquí a los siguientes en venir, Antonio y Susana, ¡qué ganas de verlos ya!