miércoles, 26 de enero de 2011

De cómo hacer el ganso sin desentonar

Hace un tiempo fui al Museo Nacional de Fotografía de Finlandia, en Helsinki, dentro del complejo cultural Cable Factory, en Ruoholathi, a ver una exposición de Pentti Sammallahti. Ese día iba con prisas pero pude ver que en las plantas superiores del edificio había un par de museos más: Teatterimuseo y Hotelli ja Ravintolamuseo. Creo que las temáticas de cada uno son fácilmente deducibles, no obstante os dejo los enlaces puestos para el que quiera investigar un poco más.

Y hoy me centro en el primero, el Museo del Teatro. Mira que tenía el presentimiento de que iba a ser aburridote, nunca había oído hablar de él y encima me lo topé por casualidad. Pero, que va, es altamente recomendable, para niños o mayores, da igual, pero siempre acompañado de alguien, no es uno de esos museos a los que te debas escapar solo porque es maravillosamente interactivo, incluso la parte expuesta se puede toquetear.

La parte baja del edificio que te dirige hacia el ascensor es bonita y cuando llegas a la planta correspondiente una chica te recibe y te da las oportunas instrucciones. Básicamente comenta que puedes jugar con todo, disfrazarte con lo que pilles y manejar todo aquello que veas que pueda ser manejable. Vamos, ¡una gozada!






Pero claro, te encuentras con todos esos trajes y complementos tan impresionantes y rocambolescos, con sus etiquetas marcando la obra para la que fueron utilizados y muchos de ellos fabricados con productos reciclados como periódicos, el plástico con bolitas de aire para embalar con el que todos nos hemos entretenido alguna vez, chapas y hasta coladores a modo de sujetadores, que no apetece mucho tocarlos no vaya a ser que te cargues el tinglao...










Así hasta que te adentras en una sala en la que presumes que aquello ya es todo tangible y de nuevo te ves a la chica, sonriendo amistosamente desde el otro lado del pasillo y moviendo la cabeza en señal de asentimiento: ¡vía libre!





Y aquí entra lo de venir acompañado, ¡gracias Meritxell! Dime tú a mí que hago yo sola jugando con las marionetas o disfrazándome, ¡menudo rollo! Además, se me habría acabado ya el reportaje fotográfico. Y allí estaba ella, dando juego y disfrutando como una enana. Es lo que tiene escribir una entrada con actividades interactivas, estará llena de fotos con alguien interactuando, porque sólo con explicarlo no tendría gracia. De hecho, las imágenes hablan por si solas. Que conste que estoy autorizada para poner cada una de las fotos y, además, yo la encuentro monísima en todas.

Haciendo sus propias fotos:






Representando teatrillos con marionetas:






Disfrazándose con todo:










¡Y hasta siendo un cavaller cotoner!:




Siguiéndome el rollo:






Y siendo por un día estrella de la televisión:






El caso es que la chica estaba en su salsa, ambas lo estábamos, y como muestra un botón:


Cambio de idea, cambio de forma from Meritxell Ara on Vimeo.



Este vídeo, que lo grabó Meritxell, seguramente estaría acompañado de multitud de fotos mías que no vienen al cuento, aunque debo de admitir que yo fuí muchísimo más sosaína que ella durante toda la visita. De todos modos, creo que con la osadía de mostraros lo anterior ya he cubierto el cupo de unos cuantos de días, así que a juí. Pero no os preocupéis, si hay alguna represalia por parte de la susodicha, convertida hoy en protagonista absoluta de mi post, os la haré llegar ipso facto. Por cierto, nótese los cambios de pantalla premeditados y con alevosía, ¡no me daba tiempo a coordinar!! Maldita sea, ¡ya te cogeré!

El caso es que lo pasamos chachi piruli, que es de lo que se trataba, e hicimos el ganso sin desentonar porque todo el mundo ganseaba.

Un detalle que me llamó la atención. Había una salita para tomar café, autoservicio, y, aunque ponía los precios, el dinero se echaba en una cajita sin ser supervisado. Cierto es que cuando nosotros fuímos, la chica que nos rondaba todo el tiempo se acercó, pero intuyo que más bien por nuestra torpeza para utilizar la máquina correctamente. No sé porque me sigo extrañando por estas cosas que aquí son tan comunes pero sí, me siguen fascinando. El café estaba delicioso y de fondo proyectaban una película antigua que bien pudiera ser Luna Nueva. Un broche de oro a una mañana muy entretenida.





2 comentarios:

  1. Mi niña y sus fotos.... como disfrutásteis ese dia y como disfruto yo leyéndote.

    ¡guapa!

    ResponderEliminar
  2. Gracias a quién te puso una cámara en las manos y las ganas de contarnos.

    Ahora entiendo yo la foto del facebook de pandaneutrón,jajajaja. Qué envidia no estar allí con vosotras ganseando!!!

    ResponderEliminar