domingo, 17 de octubre de 2010

Tampere, arquitectónicamente hablando

Hace unas semanas, un finlandés nos comentaba que este invierno sería uno de los más fríos que se recordarán en años. Y no le falta razón. El viernes, 15 de octubre, mientras estábamos montados en el tren Pendolino que nos llevaba a Tampere a mis suegros y a mí, vimos todo un paisaje nevado a escasa media hora de Helsinki. Por lo visto esa misma noche había nevado en la ciudad, pero al no llegar a cuajar, no hubo constancia de ello cuando amaneció. Y esto no es todo, una vez en Tampere también nos nevó pero, como ocurriría también en Helsinki, la nieve no dejaba verse en el suelo. Tomen buena nota, 15 de octubre. Pero lo más curioso no es la temprana nevada, sino ver nevar con el sol fuera. Los claros, el sol, las nubes y la nieve jugueteaban a ser el fenómeno atmosférico protagonista del día. Al final lo destacado fue ver cómo ocurría todo al mismo tiempo.



Como decía antes, el viernes volví a Tampere. De la ciudad poco me queda que contar que no hiciese en la entrada anterior, a la que os remito pinchando aquí, pero tenía pendiente visitar la Iglesia luterana de Kaleva y a la Biblioteca Municipal y enseñaros las fotos. Las tres primeras corresponden a la Iglesia, modernísima, a la que no pudimos entrar. Las tres siguientes son de la Biblioteca, original e imponente obra de arte de la que no paraba de entrar ni salir gente.








Pero, además, aproveché esta segunda visita para idear una ruta distinta a la primera y casi todo lo que vimos era nuevo también para mí. Había estado localizando desde casa, en la guía Lonely Planet, un sitio donde almorzar. Y mira que yo soy partidaria de las guías pero, cada vez más lo soy de la improvisación. Una improvisación organizada, es decir, una cosa es ir de turismo sin tener nada organizado (Dani se me habría vuelto ya loco...) y, otra cosa es, llevar el viaje preparado pero saber adaptarse a las nuevas situaciones. Cuando aciertas, es una gozada. Cuando no, una experiencia. Así que, mires por donde mires, merece la pena improvisar de vez en cuando. Y eso es lo que nos pasó en Tampere. Entramos en el mercado cubierto que hay cerca de la Plaza Keskustori y menuda gozada de sitio. Es como un centro comercial pero "a lo mercado tradicional". Aparte de haber pescado, fruta, pan..., también había lugar para, por poner un ejemplo, zapaterías y mercerías. Y también amplias cafeterías y sitios para comer. Todo un mundo para perderse allí un buen rato. En Helsinki, ya os he hablado muchas veces del Wanha Kauppahalli, el viejo mercado a orillas del puerto al que suelo ir, tanto a comprar como a comer. Pero éste del que os habló hoy es tres veces más grande por lo menos, con mayor diversidad de tiendas y como más rústico y acogedor, más de andar por casa . Así que cambiamos nuestros planes y almorzamos allí, junto a los lugareños. Y tan contentos.





Otro descubrimiento ha sido subir a Pyynikki, la colina de grava más alta del mundo, alzándose a 85 m sobre el nivel de los lagos Näsijärvi y Pyhäjärvi. Allí en lo alto hay una torre de observación hecha de piedra, desde donde se obtiene una magnífica panorámica de Tampere, rodeada por los dos lagos y la zona boscosa que la precede. Si os fijáis bien en la última foto, se pueden ver algunos copitos pequeños de nieve.
Por lo visto hay un autobús que te deja allí arriba, pero mi recomendación es que vayáis andando. Una de las cosas buenas que tiene Tampere es que es fácil recorrerla a pie de norte a sur, sin riesgo de perderte detalle alguno.







Por último, os dejo una foto de la Iglesia Ortodoxa sin andamios y ya totalmente restaurada. Lo bueno de esta iglesia es lo cerquita que está de la estación, es imposible no pasarse a verla.




3 comentarios:

  1. Me tienes que llevar cuando vaya, pero ¿con todos los visitantes vas?, que mira que esta semana igual vuelves y descubres cosas nuevas y entras en la iglesia modernísima que no entrásteis, ¿es la luterana?
    besitos

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  2. Hola Marta: qué sitios tan bonitos!! No sabía que estaban ahí los padres de Dani. Como dice tu madre, nos tienes que llevar cuando vayamos a verte, que seguro que iremos. Un beso mu grande

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  3. Veo que as omitido la odisea del tren, recuerda el comentario del Sr. y la Sra. que tan amablemente nos ayudaron, mejor dicho "te ayudaron",
    gracias a tu "perfecto inglés".
    Lo mejor de la conversación, fue el comemtario del Sr. cuando dijo "ESTILO FINLANDES".
    Tambien me encantó la educación y el caracter del revisor, cuando hizo bajar del tren en la proxima estación al chaval que se subió en el tren sin ser el suyo.
    Eso ocurre aquí en España y la bronca que se forma entre el revisor y el chaval, es de las que hacen época.

    Besitos

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